¿Economía de mercado, democracia de mercado? A otro con ese cuento. (1)
El ejercito de opinadores de común pelaje por su defensa de la economía de mercado deben andar distraídos en asuntos de mayor enjundia porque sus condenas por la intervención estatal en la economía acaecida de Norte a Sur y de Este a Oeste del Planeta, ciertamente, brillan por su ausencia. De nuestro ancestral refranero bien podríamos aplicarles aquello de “A cada cerdo le llega su San Martín” mas si ofende, baste la trazabilidad de los lodos y los barros. ¿Que fue de Maastrich?, ¿Que fue del Pacto de Estabilidad?, ¿Que fue del demonio del déficit público? … !Ay, la memoria!
Si los agricultores protestan por los inexplicables precios en origen comparados con los de destino, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los trabajadores protestan por expedientes de regulación de empleo con beneficios empresariales suculentos, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los estudiantes protestan por una educación al servicio exclusivo del Capital, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los pequeños empresarios protestan por la falta de crédito, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado.
“San Mercado”, sin duda, es el patrón de la clase política española/occidental cuando de despachar a la ciudadanía se trata.
Ahora bien, si la oligarquía económica (Transnacionales y Bancos) tiene un problema en forma de absoluta incompetencia aderezada con sueldos galácticos, pues, nuestros democráticos dirigentes, no le dice que el mercado. Es más, como premio, saquean las arcas del Estado para enriquecer a señores de tanto postín.
No tienen vergüenza pero no la tienen (!Ay, la memoria!) porque los agricultores, trabajadores, estudiantes y pequeños empresarios, después de las protestas, le entregan sus votos (Presupuesto Público) por estampitas (Programas Electorales). !Vamos, el tocomocho!
Lo dicho, ¿economía de mercado, democracia de mercado? A otro con ese cuento.
(1) Publicado sin arreglos en Cartas al Director del Diarío Ideal con fecha 26/11/2.008
El ejercito de opinadores de común pelaje por su defensa de la economía de mercado deben andar distraídos en asuntos de mayor enjundia porque sus condenas por la intervención estatal en la economía acaecida de Norte a Sur y de Este a Oeste del Planeta, ciertamente, brillan por su ausencia. De nuestro ancestral refranero bien podríamos aplicarles aquello de “A cada cerdo le llega su San Martín” mas si ofende, baste la trazabilidad de los lodos y los barros. ¿Que fue de Maastrich?, ¿Que fue del Pacto de Estabilidad?, ¿Que fue del demonio del déficit público? … !Ay, la memoria!
Si los agricultores protestan por los inexplicables precios en origen comparados con los de destino, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los trabajadores protestan por expedientes de regulación de empleo con beneficios empresariales suculentos, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los estudiantes protestan por una educación al servicio exclusivo del Capital, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado; si los pequeños empresarios protestan por la falta de crédito, pues, nuestros democráticos dirigentes, les dicen que el mercado.
“San Mercado”, sin duda, es el patrón de la clase política española/occidental cuando de despachar a la ciudadanía se trata.
Ahora bien, si la oligarquía económica (Transnacionales y Bancos) tiene un problema en forma de absoluta incompetencia aderezada con sueldos galácticos, pues, nuestros democráticos dirigentes, no le dice que el mercado. Es más, como premio, saquean las arcas del Estado para enriquecer a señores de tanto postín.
No tienen vergüenza pero no la tienen (!Ay, la memoria!) porque los agricultores, trabajadores, estudiantes y pequeños empresarios, después de las protestas, le entregan sus votos (Presupuesto Público) por estampitas (Programas Electorales). !Vamos, el tocomocho!
Lo dicho, ¿economía de mercado, democracia de mercado? A otro con ese cuento.
(1) Publicado sin arreglos en Cartas al Director del Diarío Ideal con fecha 26/11/2.008
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