jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Otra Crisis Capitalista?


Como enajenado alquimista, el Capitalismo se empeña una y otra vez en que el dinero por sí solo produzca riqueza. Sabida es la incapacidad de reproducción de las monedas y billetes de banco en el añejo calcetín o la moderna caja de seguridad, mas los grandes capitalistas prueban con recipientes supuestamente más feraces, por lo general siglas en ingles del tipo CDO (Obligaciones de Deuda Colateralizada que bien podría ser Obligaciones de Deudos Corrompidos ). Se nota que los jóvenes aunque sobradamente capitalistas (en masters y mártires), no han leído a Marx, ni al barbudo ni al del bigote.
La incapacidad del Capitalismo de resolver los problemas de distribución de la riqueza es tan incuestionable como su bondad para la producción por la producción. El LP, como los mediocres grupos de rock y por reciente que sea, siempre es el mismo. Cara A: Sobreproducción de objetos. Cara B: Hambre de Sujetos.
Por lo general, el capitalismo (en su metafísica tan monopolista como el Estado) en el plano ideológico y con maestría ventrílocua siempre saca a su más preciado muñeco: la economía de mercado para que, con su mano invisible por amputada, todo lo arregle. Lleva ya siglos con esta cantinela, por urna o por bayoneta, según la combatividad del patio y, ni que decir tiene, aspira a su investidura deífica con la gloriosa condecoración de eviterno. Con nuestro pan se lo comen y, aún peor, con nuestra anuencia. Este es el drama por más actos que concedamos que tenga.
Aunque los cadáveres se amontonan en suburbio, fosa y patera, los capitalistas y su ejercito de estómagos rozagantes, burros en noria, siguen con su farmacopea registrada hasta la nausea (despido libre, más productividad, menos gasto educativo y sanitario, bla, bla, bla) incluida, esta vez sí, su pócima más sangrienta: la billetera del estado. Capital y Estado, al fin, con mano bien visible y mejor armada. El muñeco, por amor al arte, a los talleres think tanks de sus universidades privadas y otros clubes de carteristas sin ficha policial para lucirlo cuando los fastos den para claque con mejor cloaca.
A ustedes no sé, a mi me enrojecen (ira, lira y pira) y aburren (prensa, sindicato y parlamento). Vender la misma receta con tan plurales bocas sólo puede pretender mutar nuestra carne por la de gallina que, clonada y desplumada, le siga poniendo caducos huevos de oro. Eterno pan para hoy y hambre para mañana.
Aunque se han apresurado a escriturar el Planeta Tierra en sus casposos Registros de la Propiedad y los Paraísos de la Tasa de Ganancia, que demos lugar a que también escrituren el astro rey sólo depende de nosotros.. El sol, se dice con boca ancestral, sale para todo el mundo y nosotros deberíamos salir a la calle a tomarla y tomarlo. Si su economía siempre es un refresco con muchas burbujas, la nuestra es un vino aún de mesa pero a la que sienta toda la humanidad. Poner la economía al servicio del hombre es la peonada, no la pancarta.

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